5 sesiones para aprender a entrenar tus soft skills.

Habilidades para resolver; coraje para innovar y asumir riesgos; capacidad para aprender y desaprender; apertura para escuchar y comunicar ideas asertivamente; empatía, flexibilidad, resiliencia, pensamiento crítico, creatividad y autonomía, son algunas de las habilidades blandas o soft skills más valoradas hoy en el mundo empresarial, profesional y personal. Entre otras cosas porque permiten responder adaptativamente a los complejos y constantes cambios del mundo de hoy.

 

Esa alta valoración tiene que ver con que todas esas habilidades definen la forma en la que vamos a trabajar, la determinación con la que vamos a afrontar retos y desafíos y la manera en la que vamos a tomar decisiones y/o resolver problemas. Ahora bien, todas estas habilidades blandas se pueden aprender y se pueden entrenar. De hecho, se denominan soft justamente porque no obedecen a una regla fija, sino que son evolutivas, mejorables y moldeables. Este es el objetivo primero de este proceso de coaching con neurociencias.

 

Proceso que entiende que cada uno de nosotros es único y tiene sus propios patrones inconscientes que rigen sus comportamientos y su toma de decisiones. Esto significa que no todos comenzamos este proceso desde el mismo sitio, pues cada uno tendrá sus propios patrones producto de sus creencias, valores, educación, entorno social, experiencia, estado actual, estados de ánimo; incluso por cómo están nuestros niveles químicos y hormonales.

En ese sentido, la posibilidad de poner luz sobre todo esto de forma rápida, práctica y eficaz resulta invaluable y es posible gracias a NeuroQuotient® -una herramienta con solidez y base científica-.

Esta herramienta nos facilita esa toma de conciencia individual; esa “foto” de nuestro estado actual que, además de ahorrarnos mucho tiempo, nos permite visibilizar aspectos propios inconscientes y, a veces, impensados. Pero esto no es lo único.

Durante las 5 sesiones de coaching aprenderemos pautas básicas sobre el funcionamiento del cerebropara convertirlo en nuestro aliado natural y para “llevarnos puestas” a la vida cotidiana y a cualquier entorno del que seamos parte. Sobre todo porque todas las habilidades/competencias que hemos mencionado están íntimamente ligadas al funcionamiento del cerebro.

Por ejemplo, la empatía y la comunicación asertiva tienen una estrecha vinculación con cómo funcionan las neuronas espejo. Efectivamente, este grupo neuronal se activa cuando realizamos una acción, cuando observamos cómo otros la realizan o cuando imaginamos estar haciendo esa acción. Son las responsables de proporcionarnos un marco adecuado para el aprendizaje, el entendimiento y la sintonización.

 

Es decir, no sólo percibimos e interpretamos una conducta, sino también la emoción, el estado de ánimo que subyace de esa conducta. En un nivel superior, estas neuronas nos ayudan a contagiar a otros una emoción particular. Algo primordial en los ámbitos profesionales y personales, porque además es una forma de desarrollar la capacidad de influencia positiva.

 

Entre otras cosas, este proceso también nos permite entender cómo actúan en cada uno de nosotros y en cada momento los sistemas de recompensa y del miedo. Es decir, qué pasa si uno de ellos toma el mando en determinadas situaciones o cómo se disparan en respuesta a conductas impulsivas. En cualquier caso, auto-liderarnos también supone la capacidad para identificar cómo funcionan esos circuitos y cómo gestionarlos.

Después de lo dicho, queda claro que si somos capaces de mejorar esas competencias, inexorablemente, mejoraremos la relación con nosotros mismos y con los demás.

Será más natural liderar, si antes asumimos el compromiso de liderar nuestra vida desde la responsabilidad y la autenticidad. Será más simple conseguir metas conjuntas y motivar a otros para ello, si antes superamos las expectativas con las propias.

Vivir un proceso de coaching que nos facilite comprender el origen de nuestros comportamientos y adoptar herramientas sencillas para entrenar el cerebro en aspectos clave de la vida personal, social y profesional, es una aportación invaluable para todas las personas interesadas en su evolución y crecimiento.

Específicamente en el mundo profesional y en los entornos empresariales, el desarrollo y el entrenamiento de las habilidades blandas son indicadores muy relevantes -tanto como los conocimientos técnicos-. Esto no es nuevo y mucho menos se trata de algo arbitrario.

Hoy por hoy, como decíamos al comienzo de este artículo, es importante saber qué hacer, aunque es tanto o más importante saber cómo hacerlo. La forma en la que nos paramos frente a las decisiones y a los retos, y la forma en la que trabajamos en equipo definen la calidad de nuestro liderazgo.

 

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